Qué se hace con la basura en Chile

¿Qué se hace con la basura en Chile?

La gestión de los residuos sólidos es un desafío importante para el desarrollo sostenible de Chile. Según el Ministerio del Medio Ambiente, cada año se generan más de 17 millones de toneladas de basura en el país, de las cuales solo el 10% se recicla y el resto se dispone en vertederos o rellenos sanitarios. Esto implica un impacto negativo en el medio ambiente, la salud pública y la calidad de vida de las personas.

Para enfrentar este problema, el gobierno ha impulsado una serie de medidas legales, institucionales y sociales que buscan promover la prevención, la reducción, la reutilización y el reciclaje de los residuos sólidos. Entre estas medidas se destacan la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP), que establece metas de recolección y valorización para los productos prioritarios como envases y embalajes, neumáticos, pilas, aparatos eléctricos y electrónicos y aceites lubricantes; el Plan Nacional de Gestión Integral de Residuos Sólidos (PNGIRS), que define una estrategia nacional para mejorar la gestión de los residuos sólidos en todos los niveles; y el Programa Nacional de Reciclaje Inclusivo (PNRI), que reconoce y fortalece el rol de los recicladores de base como actores clave en la cadena de valor del reciclaje.

Además, existen diversas iniciativas locales y ciudadanas que contribuyen a mejorar la gestión de los residuos sólidos en Chile. Por ejemplo, hay municipios que han implementado sistemas de recolección selectiva y puntos limpios para facilitar la separación y el reciclaje de los residuos domiciliarios; organizaciones sociales que han desarrollado proyectos educativos y comunitarios para fomentar la cultura del reciclaje y la economía circular; empresas que han incorporado criterios de ecodiseño y ecoeficiencia en sus procesos productivos y comerciales; y consumidores que han adoptado hábitos de consumo responsable y consciente.

La gestión de los residuos sólidos en Chile es un tema complejo que requiere del compromiso y la participación de todos los actores involucrados: gobierno, sector privado, sociedad civil y ciudadanía. Solo así se podrá avanzar hacia un modelo de desarrollo más sostenible, que proteja el medio ambiente y mejore la calidad de vida de las personas.

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